Aquí habitan textos que no buscan respuesta,
sino resonancia.

Son fragmentos sueltos, susurros encontrados,
puertas que se abren cuando el alma está lista.
No siguen un orden, ni obedecen a la urgencia de lo externo.
Llegaron como llegaron: a veces en la madrugada,
otras en el silencio más cotidiano.

Este espacio no es un blog.
Es una tierra de reposo, de hallazgo, de lectura desde el cuerpo.
Cada palabra fue escrita con presencia,
y cada texto es una flor que florece distinta según quien la mire.

No hay prisa.
Solo verdad, mirada y escucha.

Gracias por entrar.